Un día te levantas y...¿qué?. Suceden cosas todos los días.
Pero sigues estando tu. Sigues siendo tu, a menos, que te arrebaten para siempre.
Un día sientes un escalofrío. Es Henryk Górecki. Ese día quedaste atrapada en alguna imagen. A punto de llorar. ¿Porqué no?.
¿De verdad fue Henryk Górecki? ¿no eres tu? ¿no te has colado sin darte cuenta? ¿no suenas a sinfonía Nº3?. Necesito saber.
Un día te levantas y no sabes nada. Te han arrebatado el pensiero.
Ese día necesitas abrir la caja. Averiguar quien eres.
Cualquier día reconstruyes una historia. No tienes fotos. Preguntas sobre los protagonistas. Preguntas ¿qué final?. En un cualquier día nadie responde. Reconstruyes como puedes una historia. Fantaseas sobre los protagonistas y no añades final.
Algún día el aíre será frío cuando te levantes. Algún día el aíre llegará del Sur y se asustará. Ese día, un soplo te contará una historia. Entenderás los días. Tus días. Sus días. Algún día entenderás perder. Y un soplo te contará una victoria.
Aquel día, encontraste algo. Aquel día, el trabajo te hizo feliz. Aquel día, el aíre frío fue del Sur. Su sol rozó los muros y empapó los rostros de luz. Aquel día supiste reconstruir una historia, supiste de los protagonistas y supiste de su final.
Me despierto de nuevo, en las horas justas. Pienso que estoy cansada de soñarte. Y, peor aún, de soñar también a una desconocida que bien visualizada. Su rostro es hermoso. Demasiado dulce, sus palabras también. Agotadora. ¿Dulce?. Es algo que encuentro jodidamente molesto, y para colmo ocupa mi espacio. Roba mi deseo. Mi espacio. El que yo he soñado. Pero al despertar lo dije. Lo dije. No te voy a soñar más. Te puedo tocar, te puedo besar, te puedo gritar, te puedo no decir nada, pero no te voy a soñar más. Está escrito, está firmado: no voy a soñarte.
Y lo dulce, ni siquiera. Ni siquiera lo dulce. Lo dulce me hace daño y es irreal. Lo dulce es mi papel. Dulce, dulcemente papel, al que apenas se puede tocar pero al que hay que tocar. Ello es lo dulce. Al tacto. Porque es dulce su tacto. Nosotros no somos dulces, que irrealidad!.