7.10.10

sur l'écrire

Me gusta pensar que mañana compraré algo para probar como funciona. Me gusta pensar que mañana probaré las dos (dos) ideas que hoy he pensado.

Mi vida no consiste en demasiadas cosas pero es como para estar bien agradecida, sólo por el hecho de que cada día sea como el instante primero antes de abrir un regalo cualquiera. Como un regalo de niña, un regalo envuelto y por completo desconocido. Desconocido su origen, su ser, su porqué. Nunca sabes lo que te va a tocar ni lo que vas a hacer con el.

Me gusta y estoy agradecida de hacer lo que hago aunque sea poco y sepa a mucho. Me gusta no saber exactamente lo que voy a terminar haciendo en un momento concreto. Me gusta que mi trabajo empiece y se guíe por aromas, guías en lo que aún desconozco.

Me gusta escribirlo aunque no sea mi cometido certero. Porque estoy sola y este acto me acompaña. Porque me acaricio y me araño mientras lo hago. Porque mis pulmones retumban de sonidos de palabras y mis músculos cardíacos se retuercen como gusanos. Porque amo. Porque me amo también y también me detesto. Porque amo el lenguaje. Amo su ambigüedad. Porque descubro. Porque me sorprendo constantemente. Por homenaje a la imaginación.

Por la imaginación cerebral.
Por la imaginación del cuerpo.
Por el deseo.

escribo, dicen: un joven violador por Almería. Creo que ayer me saludó. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario